¿Qué es el origen de la especie?

El Origen de las Especies es una obra que cuenta la evolución de las especies, la cual reúne diversas hipótesis sobre este proceso, y Charles Darwin las sintetiza todas para conocer una teoría general, que actualmente es utilizada.

El título más conocido de este libro es EL Origen de las Especies, sin embargo, esto no es más que una abreviación que se le da al trabajo clásico que realizó Charles Darwin.

El título completo de esta obra revolucionaria de las especies es: El Origen de las Especie por Medio de la Selección Natural, o la Preservación de las Razas Favorecidas en la Lucha por la Vida.

El comienzo de esta obra tan popular en el mundo de la biología y la historia fue hacia el año 1842, cuando Darwin sintetizó todo lo que había visto entre 1831 y 1836, en un viaje de cinco años que realizó en el HMS Beagle.

¿Qué es el origen de la especie?

Las influencias de El Origen de las Especies fueron por una obra de Sir Charles Lyell llamada Principios de Geología, y por un ensayo de Thomas Malthus llamado Ensayo sobre el Principio de la Población.

El consenso de esta obra, para su publicación, fue para el año 1859, es decir, que Darwin tardó 17 años en sintetizar todas las hipótesis en una sola teoría.

Selección Natural: Idea central de la obra

En el Origen de las Especies, Darwin da a conocer un mecanismo evolutivo denominado Selección Natural.

La explicación de este concepto es simplemente el de un proceso natural de adaptación que tienen los individuos para sobrevivir, reproducirse y heredar sus genes a otras descendencias.

Este proceso se realiza para acumular y preservar las variaciones ventajosas que tienen los sistemas vivos, traducidos en los rasgos característicos que tiene cada individuo.

El mecanismo evolutivo de Selección Natural es el más conocido dentro de la teoría de la evolución, ya que supone que la adaptación de los individuos a su entorno puede hacer posible la supervivencia y la reproducción de estos.

Las variaciones ventajosas se entienden por los rasgos característicos que pueden heredar las futuras descendencias de ese individuo, y que los antepasados de él no pueden aprovechar.

Un ejemplo de estas variaciones puede ser la de un reptil que le crezcan alas y que aprenda a volar, esta es una ventaja que sus antepasados no pudieron aprovechar, pero que el reptil puede heredar a sus crías.

La selección natural actúa como el método de preservación que tienen las especies para heredar sus rasgos ventajosos, como las alas que desarrolló este reptil y heredó a sus crías.

Este método es el equivalente naturalista de la cría doméstica.

Sin embargo, a lo largo de los años, este método de preservación ha sido alterado por los criadores humanos, generando cambios bruscos en la evolución.

Estos cambios tan drásticos se deben a los criadores humanos seleccionan dentro de una población de animales domésticos solo los individuos aptos para la reproducción, por lo tanto, la función natural no se está realizando.

Los criadores humanos han ajustado a su gusto el efecto de a reproducción, por lo que los animales domesticados no tienen el libre albedrio de reproducirse como las leyes de la naturaleza lo establecen: libremente.

Los criadores humanos solo acentúan las características o rasgos de los animales que ellos desean, por lo que, a través de este proceso, suprimen los genes que no desean hasta su extinción completa.

En otras palabras, la función de la selección natural que plantea Darwin en su teoría del origen de las especies es que la naturaleza es el propio selector, mientras que los criadores humanos realizan la selección de los rasgos que ellos desean.


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